lunes, 9 de febrero de 2009

"tengo hambre"

Hincado, con el cuerpo semi desnudo, tostado por los violetas, su cabello, sin conocer más que el agua del cielo, y sus manos, haciendo el bendito, rogando los cinco centavos de la mañana. Sus piernas tocan el ardiente cemento del mediodía; su boca, reseca, clamaba, sus ojos ya no veian nada, más que una leve sonrisa de lástima.

El humo del tráfico lo abrazaba, tratando de consolarlo, no había respuesta, no había nada. Pero seguí ahí, a pesar del movimiento vehicular, desafiando el peso, valiéndose por la necesidad. Mas no el hambre no fue productiva, se quedó ahi, sentado en la cuneta, esperando el nuevo rojo del semáforo para rogar, para gritar. "tengo hambre".

Y ahora es que entiendo, qué falta hace rogar por un pan, cuando los trigales nacen en la libertad, qué necesidad hay de pedir agua, cuando los ríos fluyen de la gratitud. Qué has hecho señor global, qué he hecho yo.

qué hago para evitarlo, qué haces tú.

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