jueves, 7 de agosto de 2008

Margarita

Apagamos la luz esperando el minuto que marcara nuestras vidas, apagué mis latidos para que no escucharas la emoción que sentía de estar junto a ti.

Y encendí mi amor para cubrirte con él esa noche tan fría. Y tu me miraste desde lo más interno, me acariciaste y tocaste como solo tu lo sabes hacer, mientras el olor de tu piel se fundía en mis labios, y se convertía en el sabor de tu cuerpo.

Tus manos, sagradas sedas, recorrieron cada rincón de mi entregado cuerpo, que esperaba con ansias el momento perfecto.

Mas la luna, allá afuera, se enfriaba envidiosa de contemplar tan majestuosa escena de amor. Logró ser la única testigo, de nuestro ritual de amor. Y fui más allá de donde pensé llegar, e ibas conmigo, pero no junto a mí.

Encendió la mañana, miré tu rostro y era igual al mío. Tú estabas dentro de mi y yo en ti. Miré el reloj de mi vida y marcaba el único instante.

1 comentario:

Margarita López dijo...

"ibas conmigo, pero no junto a mí" asi es..asi fue...que triste sentimiento el que ahora tengo en mi corazón...triste recuerdo de esa ilusión tan fugaz como lo son ahora los rayos de sol y de felicidad para mi..ahora que no estás junto a mí...
Gracias por poner en tan bellas palabras lo que una vez sentí..