sábado, 22 de noviembre de 2008

Este es el último tiempo

Dormida como el sol por la noche y la luna por el día. Queriendo ser acariciada por la esencia del amor y la dulzura del tacto. Llorandole al silencio porque ya no hay nada que hacer. Y mirando por la ventana de la verdad, donde lo único que hay es un seco adiós.



Un amor que nació de la traición y creció en el resentimiento de las almas. Una noche que no duró más que la puesta del sol. Una canción que no se volverá a escuchar por este barrio. Pero este es el último tiempo, donde el adiós es la bienvenida.



Las noches ya no serán oscuras, el frío ya no congelará y las miradas han muerto. Un universo que gira como tu quieres, al revés y sin gravedad. No pesa el miedo, no pesa la soledad ni la tristeza, flota en el aire la esperanza que se deja llevar hacia el olvido de tu olor.

Y desde mi ventana veo el universo derrumbarse, y se aleja de mi la alegría por existir, por reir y amar. Un momento más y este será el último tiempo. Estoy muriendo con la mirada en dirección al norte, lugar del que te enamoraste.

Pasa ligero este sentimiento y por dentro se desangra la ilusión, la paciencia. Ya no hay gravedad en este universo. No pesa el miedo, la tristeza y la soledad. Y en el firmamento la luna baja a enamorar al mar, que desconsolado se hunde entre las arenas que una vez amó.

Mientras el humo del consuelo sube y ensucia al silencio y la reflexión. No hay más que hacer, ya la razón falleció. Pronto llegará ese último momento que esperamos y que jamás pensé recibir sin ti... y por ti.

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